The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom el proximo GOTY

A falta de ver qué sucede con Final Fantasy XVI, Alan Wake 2 o Starfield, es indudable que The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom es uno de los grandes videojuegos del 2023 y candidato a premio de juego del año. La cantidad de cosas que podemos hacer, su variedad de situaciones y sistemas como el de la construcción son varias de sus bazas obvias para optar a ese honor.

Sin embargo, si algo tiene Zelda: Tears of the Kingdom es la capacidad de sorprendernos. Cada día aparece un nuevo clip con un jugador haciendo una auténtica barbaridad con dos tablas de madera y un cuerno de moblin, dejando nuestros aviones con dos turbinas en un juego de niños. Pues ahora ha llegado el más difícil todavía.

Los de mi generación se acordarán de la fiebre de las peonzas. No las de madera de nuestros padres, si no de las de plástico con partes intercambiables. Por supuesto, esa moda arrancó con el desembarco en España del anime de Beyblade, una serie mítica de nuestra infancia sobre chavales que competían con peonzas. Pues resulta que esto ha llegado al último Zelda gracias al sistema de construcción del juego.